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Hace más de cincuenta años, el pastor de la Iglesia St. Benedict fundó la Escuela St. Benedict para proporcionar una educación católica de alta calidad a los niños de la parroquia. Aunque el alcance de la población estudiantil ahora se extiende más allá de los feligreses, el propósito de la Escuela St. Benedict sigue siendo el mismo: proporcionar a los estudiantes una educación católica que sirva como una "Fundación para la Vida". Esta fundación está diseñada para equipar a los estudiantes con los valores, las habilidades y la amplitud de conocimiento que necesitarán para llevar a buen término los dones que Dios les ha dado.
La misión de la Escuela de San Benito se resume en esta declaración: Guiados por el Evangelio, inspirados por las Bienaventuranzas y fortalecidos por la Eucaristía, nosotros, la comunidad escolar católica de San Benito, adoramos a Dios con alegría, respetamos la vida con reverencia, ayudamos a los demás. generosamente, comparta nuestros dones y talentos con gratitud y participe de manera interactiva en un programa académico que prepare a nuestros estudiantes para el aprendizaje permanente.
Como se refleja en nuestro título formal, "Iglesia y Escuela Católica de San Benito", la Iglesia y la Escuela se encuentran adyacentes entre sí, conectadas por un área de vestíbulo grande. Los sacerdotes, diáconos y el personal de la parroquia sirven como un ancla para la escuela y contribuyen de manera incalculable a su éxito. Los feligreses de San Benito están orgullosos de la escuela católica que apoyan.
"Llenos de fe y comprometidos" son términos que se aplican a todo el profesorado y al personal de la Escuela St. Benedict. Como estas cualidades marcan la pauta para nuestro entorno escolar, no se pueden subestimar. Los maestros y los asistentes de clase constantemente van más allá de sus alumnos, ya sea usando una parte de su hora de almuerzo para ayudar a un alumno con un concepto difícil, o prestando un oído atento para un alumno en apuros, o guiando a un alumno en una encrucijada hacia Un camino positivo. El personal de la oficina es infaliblemente agradable, paciente y servicial. El personal de apoyo, desde los trabajadores de la cafetería hasta los conserjes, contribuye al ambiente cálido y familiar de la escuela.
Los padres de la escuela St. Benedict deben ser elogiados por su inquebrantable apoyo a nuestra comunidad escolar. Su generosidad de espíritu en los reinos temporales y espirituales sigue siendo consistentemente incomparable. Su espíritu de voluntariado brinda a nuestros estudiantes un excelente ejemplo y nos permite ofrecer programas que de otra forma no serían posibles.
Finalmente, los estudiantes de la escuela St. Benedict permanecen en el corazón de esta comunidad. La energía, el entusiasmo, la sed de aprendizaje, la generosidad y la actitud positiva son cualidades que se extienden a través de una larga fila de graduados y continúan existiendo en los "Rebeldes" que entran por las puertas de la escuela hoy. Estamos orgullosos de sus logros y aún más orgullosos de su carácter.